Dos trabajos, publicados respectivamente en el Journal of Autism and Development Disorders y en Autism in Adulthood han mostrado una interesante eficacia en el manejo de las fobias por parte de personas diagnosticadas con Autismo.
Las fobias son un componente importante de la sintomatología que presentan estos individuos, ya que apro-ximadamente un 25% de ellos se ve afectado por alguna. Entre las más corrientes se hallan aquellas referidas a los perros, a las abejas y/o avispas, a las pelotas, a viajar en transporte público, al aula escolar, a la oscuridad, a volar, a las muñecas, a caminar por la calle, entre muchas otras.
Este tipo de temores incontrolables tienden a hacer peor la tendencia habitual de los individuos a presentar problemas de aprendizaje y del desarrollo, lo que a su vez limita aun más sus posibilidades de comunicación y de socialización.
Es por ello que especialistas en la Universidad de New Castle en Gran Bretaña, junto con la firma de tecnología innovativa Third Eye NeuroTech han ideado un sistema de realidad virtual, en la cual es posible recrear personalizadamente los escenarios de las fobias de estos sujetos en lo que denominan “El cuarto azul”, una habitación especialmente preparada con pantallas como las que se utilizan en el cine y la TV para crear realidades virtuales, con la particularidad de que las escenas se proyectan en 360º, es decir, rodeando completamente al usuario. No se trata de una simple pantalla plana, sino que la persona se halla en medio de la realidad creada.
El primer ensayo se realizó con 32 niños diagnosticados comprendidos entre las edades de 8 a 14 años. La mitad de ellos se sometió inmediatamente, mientras que la otra porción se utilizó como grupo de control, participando recién 6 meses después, para poder comparar las diferencias.
Cada uno de los involucrados se insertó en una realidad creada según su fobia, acompañado por un psicólogo de apoyo. Los padres pudieron seguir las alternativas de cada sesión por medio de un link. En todo momento, el niño y el acompañante estuvieron en control de la situación por medio de controles de tipo iPad que permitían detener, alterar o cambiar la situación.
Tras recibir la batería de sesiones, con la supervisión parental, se introdujo a los niños en el escenario real. Se reportó una mejora importante en el 45% de los niños a los 6 meses, lo que, si bien no parece muy extraordinario, lo es ya que hasta el momento no existe tratamiento de fobias que logre tal resultado.
El segundo, por su parte, con resultados muy similares, tuvo la particularidad de que involucró a un grupo de adultos cuyas edades se hallaron en el rango de 18/57 años. No son muy numerosos los reportes de estudios sobre Autismo para personas adultas.
Los ocho participantes fueron sometidos a cuatro sesiones de 20 minutos cada una, nuevamente, con una realidad virtual generada por computadora acorde a las conductas fóbicas de cada uno de los voluntarios. Se reporta que seis meses después cinco de los involucrados, es decir, el 62,5%, todavía manifestaban importantes mejoras transcurrido ese tiempo del tratamiento.
“Estamos proveyendo a las personas con Autismo de una situación atemorizante en un ambiente controlado a través de la realidad virtual, sentándonos junto a ellos para ayudarlos a aprender cómo manejar sus temores”, expresó la Dra. Morag Maskey, investigadora del Instituto de Neurociencias de la Universidad y una de las autoras del trabajo.
“Estamos proveyendo a las personas con Autismo de una situación atemorizante en un ambiente controlado a través de la realidad virtual, sentándonos junto a ellos para ayudarlos a aprender cómo manejar sus temores”, expresó la Dra. Morag Maskey, investigadora del Instituto de Neurociencias de la Universidad y una de las autoras del trabajo.
A su vez, entre otros testimonios de pacientes, el niño Harry, de 11 años, por ejemplo, tenía fobia a los perros. Según cuenta su madre, con solamente ver uno se ponía histérico, gritaba y se alejaba corriendo, sin considerar las consecuencias. Tras las sesiones, no solamente puede acercarse a los canes sino que puede interactuar con ellos, porque ahora le agradan.
El servicio se halla reclutando otros voluntarios para realizar nuevas investigaciones que permitan, por un lado, confirmar los buenos resultados obtenidos con un número acotado de participantes (40, en total, hasta el momento) en un estudio más extenso, al tiempo que también buscan refinar las imágenes, la forma de administrarlas y las técnicas para lidiar con las fobias, para poder universalizar esta prometedora herramienta.
Fuente: Revista El Cisne