La carrera se cursa en Universidad Nacional de Lanús (UNLA). 2013 fue su primer año y ya cursaron unos 30 alumnos. Ya está abierta la inscripción para un nuevo periodo lectivo. Hay tiempo hasta el 20 de marzo y pueden anotarse todo tipo de profesionales.
En la Universidad Nacional de Lanús (UNLA) funciona una carrera particular: la licenciatura en Interpretación y Traducción de Formas de Comunicación No Verbal. Profesionales de distintas disciplinas se capacitan allí para convertirse en peritos e intervenir en causas judiciales con personas sordas o hipoacúsicas. Hoy, en Argentina existe un solo perito oficial para todos los casos. La carrera tuvo su primer año en 2013 y ya cursaron unos 30 alumnos. Ya está abierta la inscripción para un nuevo periodo lectivo.
Las inscripciones se reciben en el edificio José Hernández de la UNLA y hay tiempo hasta el 20 de marzo. Pueden anotarse profesionales de la salud, abogados, sociólogos, psicólogos, entre otros profesionales, además de miembros de las fuerzas de seguridad e intérpretes de lenguaje de señas. La carrera dura dos años y tiene materias de historia, derecho, sociología y, obviamente, talleres de lengua de señas.
La licenciatura apunta a formar profesionales que puedan tender un puente entre la Justicia y los sordos o sordomudos que deban pasar por ella, sea como testigos o como imputados. Creada por un convenio con la Secretaría de Justicia de la Nación, la carrera fue declarada de interés por la Cámara de Diputados de la Nación en junio del año pasado. Del convenio participó también ADAJUS, un programa del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación implementado para cumplir con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Hoy, el país cuenta con una sola perito para todas las causas en las que intervengan personas sordomudas. Esa perito es Mabel Remón, la directora de la carrera. En una entrevista con Página/12, Remón contó algunos de los casos que le tocaron y que dan cuenta de la necesidad de peritos en lenguaje de señas. Las historias van desde un hombre dispara sin querer la alarma de un auto, pero nunca la escucha sonar, y por eso la Policía lo detiene. Otros casos son más desesperantes, como el de una madre que no podía probar que a su hija la habían violado, porque era sorda y ni siquiera manejaba el lenguaje de señas. La intervención de Remón en ambos casos fue clave.
A fines de este año, el país podría contar con una camada de 30 peritos calificados. La carrera también tiene salidas laborales como integración de equipos interdisciplinarios o asesoramiento a organizaciones gubernamentales y ONG. Para los coordinadores de la licenciatura, se trata de un “cambio de paradigma” porque al mismo tiempo que focaliza en personas con discapacidad auditiva, promueve una mirada más social sobre este grupo de gente.
Las inscripciones se realizan en la Dirección de Gestión y Documentación Estudiantil, de lunes a viernes entre las 10:30 y las 13, y de 14 a 17.30.
Fuente: Infojuz
Las inscripciones se reciben en el edificio José Hernández de la UNLA y hay tiempo hasta el 20 de marzo. Pueden anotarse profesionales de la salud, abogados, sociólogos, psicólogos, entre otros profesionales, además de miembros de las fuerzas de seguridad e intérpretes de lenguaje de señas. La carrera dura dos años y tiene materias de historia, derecho, sociología y, obviamente, talleres de lengua de señas.
La licenciatura apunta a formar profesionales que puedan tender un puente entre la Justicia y los sordos o sordomudos que deban pasar por ella, sea como testigos o como imputados. Creada por un convenio con la Secretaría de Justicia de la Nación, la carrera fue declarada de interés por la Cámara de Diputados de la Nación en junio del año pasado. Del convenio participó también ADAJUS, un programa del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación implementado para cumplir con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Hoy, el país cuenta con una sola perito para todas las causas en las que intervengan personas sordomudas. Esa perito es Mabel Remón, la directora de la carrera. En una entrevista con Página/12, Remón contó algunos de los casos que le tocaron y que dan cuenta de la necesidad de peritos en lenguaje de señas. Las historias van desde un hombre dispara sin querer la alarma de un auto, pero nunca la escucha sonar, y por eso la Policía lo detiene. Otros casos son más desesperantes, como el de una madre que no podía probar que a su hija la habían violado, porque era sorda y ni siquiera manejaba el lenguaje de señas. La intervención de Remón en ambos casos fue clave.
A fines de este año, el país podría contar con una camada de 30 peritos calificados. La carrera también tiene salidas laborales como integración de equipos interdisciplinarios o asesoramiento a organizaciones gubernamentales y ONG. Para los coordinadores de la licenciatura, se trata de un “cambio de paradigma” porque al mismo tiempo que focaliza en personas con discapacidad auditiva, promueve una mirada más social sobre este grupo de gente.
Las inscripciones se realizan en la Dirección de Gestión y Documentación Estudiantil, de lunes a viernes entre las 10:30 y las 13, y de 14 a 17.30.
Fuente: Infojuz