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jueves, 10 de septiembre de 2015

Investigan Prototipos que Facilitan la Comunicación de Personas con Discapacidades Motoras



Un equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones en Electrónica, Control y Procesamiento de Señales (LEICI, CONICET-UNLP) trabajan en generar tecnología para facilitar la comunicación para ayudar a quienes sufren el deterioro de sus funciones motoras
.



Específicamente, se desempeñan en el campo de la bioingeniería, y lo están aplicando en distintos dispositivos para facilitar la comunicación, para lo cual llevan adelante el estudio de interfaces, es decir, conexiones entre el músculo o el cerebro y la computadora.


El grupo es dirigido por el investigador independiente del CONICET, Enrique Spinelli, actualmente está trabajando en un complejo dispositivo basado en el encefalograma a partir del cual se pretende llegar a la actividad cerebral de quien ni siquiera logra mover los músculos de la mejilla.

“Nosotros nos dedicamos a hacer la electrónica que nos permite extraer información del cuerpo, y meterla en algo que la pueda procesar, típicamente una computadora”, explicó el profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería de La Plata y del CONICET, Pablo Andrés García, quien integra el equipo.

El científico, que tiene a su cargo uno de los desarrollos relacionados con una interfaz cerebro-computadora, dialogó con el diario El Tiempo de Azul, y se refirió a los pormenores de la iniciativa.

Según explicó, el sistema trabaja a partir de señales de electroencefalograma, pensando en casos en que no haya impulsos nerviosos que lleguen al músculo para dar la orden de mover alguna parte del cuerpo.

En un ejemplo de este tipo de sistema, la pantalla muestra un deletreador representado por un teclado que tiene todos sus caracteres agrupados con distintos colores, y que a su vez se vincula cada uno a una acción determinada.

Esta implementación de interfaz cerebro-computadora también funciona con estímulos visuales que titilan, detectando a través de los electrodos en la cabeza qué grupo de caracteres está mirando el paciente, y de esa manera se van seleccionando las opciones. Al finalizar, un sintetizador de audio reproduce la palabra o frase formada.

Cada uno de los investigadores trabaja en un aparato distinto, y según lo aclaró García, “lo que nos diferencia es el punto en el que captamos la señal o la intención del movimiento”. Señaló asimismo que “dependiendo del grado de discapacidad que tenga la persona, es dónde se actúa. Los dispositivos más sencillos, por decirlo de alguna manera, son los que captan señales de los músculos”.

Sin precedentes

García informó que “hemos hecho alguna transferencia directa a personas que lo necesitan, pero no de este tipo –basado en electroencefalograma-, sí los que trabajan a partir de los músculos de la cara”.

En este sentido, contó que “cuando se logra algo, se transfiere a una empresa que se dedique a fabricar y vender este tipo de productos. Además en este tipo de aparatos que tienen que ver con la salud, deben primer estar certificados por el ANMAT”.

Un dato a tener en cuenta es que “no existen empresas que se dediquen a comercializar estos productos porque la demanda es baja. Como no hay un mercado, tampoco hay una industria que lo comercialice. Es poco lo que hay y es muy caro”. “En el caso de lo hacemos nosotros, los hacemos todos nosotros, y el costo es bajo”, añadió

Fuente: InfoGEI