La participación de la familia en una asociación de familias –valga la redundancia- contribuye de manera significativa para la plena inclusión de la persona con síndrome de Down a la sociedad. Esta afirmación, que siempre fue sostenida con fuerza por varios movimientos de padres de la Argentina, encuentra cierto sustento de acuerdo a los resultados de una encuesta realizada por ASDRA, con apoyo de Ricardo Rouvier & Asociados, durante mayo y noviembre de 2013.
Según los datos obtenidos, la representación social que hay sobre las personas con síndrome de Down dista de su realidad cuando hay un entorno familiar comprometido. Claros ejemplos son los indicadores vinculados con la inclusión laboral y escolar, donde se observa que más del 50 % de los chicos en edad escolar asiste a una escuela común y un porcentaje similar de la población económicamente activa tiene o tuvo un empleo. Estas situaciones contrastan con los datos oficiales: el 90 por ciento de los alumnos con discapacidad no concurre a un establecimiento educativo común y el 70 % de los trabajadores con discapacidad no tiene trabajo.
Los indicadores mencionados se registraron en una muestra compuesta por 117 familias de diferentes puntos del país, que tienen relación con ASDRA. Y si bien presentan un nivel de confianza desconocido por estar contextualizados en un diseño muestral no probabilístico, en tanto, presentan un valor importante porque no existen datos oficiales en la Argentina respecto a la situación de las personas con síndrome de Down.
El trabajo de campo también arrojó importantes datos acerca de vida autónoma e independiente, conductas que adoptan los padres luego de tener un hijo con síndrome de Down, cuestiones relacionadas con la salud y la tramitación del Certificado Único de Discapacidad, entre los más destacados.
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Fuente: Asdra